Parque Nacional de Cabañeros

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Cambiamos las islas de los anteriores Parques Nacionales por la Península Ibérica, y nos vamos a Castilla-La Mancha, en concreto a las provincias de Toledo y Ciudad Real, y visitamos el Parque Nacional de Cabañeros, situado junto a los Montes de Toledo.

Fue el undécimo Parque Nacional en ser declarado en nuestro país (actualmente la red de parques consta de 15). Fue declarado Parque Nacional en 1995 con la aprobación de la Ley 33/1995, de 20 de noviembre de 1995, de declaración del Parque Nacional de Cabañeros, con una superficie inicial que protegía 39.687 hectáreas, que posteriormente fueron ampliadas en 2005 tras la publicación de una resolución que incorporaba terrenos colindantes al mismo, aumentando la superficie a 40.856 hectáreas. Como otros Parques Nacionales, también consta de otras figuras de protección. En el caso de Cabañeros, también es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), por lo que está incluido en la Red Natura 2000.

Tiene una altura mínima de 650 metros, y su altura máxima es de 1448 metros. Su clima es mediterráneo, con veranos secos y calurosos e inviernos benignos, aunque su temporada de visita óptima es la primavera o el otoño. Sus principales ecosistemas son las rañas, grandes llanuras originadas por los materiales erosionados de las sierras paleozoicas circundantes, y el bosque mediterráneo, con encinares, alcornocales y vegetación de ribera.

Mapa del Parque Nacional de Cabañeros
Mapa del Parque Nacional de Cabañeros

Está situado en el sistema de los Montes de Toledo, entre los ríos Bullarque y Estena, y comprende los macizos de Chorito y Rocigalgo y la sierra de Miraflores. El río Bullarque discurre por terrenos del cuaternario, relativamente llanos, sobre los que el río apenas tiene incidencia erosiva. En cambio, el Estena queda encajado en el relieve de la parte occidental del parque, sometiéndolo a una fuerte erosión. Ambos ríos son muy irregulares, reflejando la climatología mediterránea. Pueden desbordarse en otoño e invierno, y en verano llegan a secarse, con las consecuencias que tiene la sequía sobre la flora y la fauna del parque, especialmente en peces y anfibios.

Es una de las zonas de bosque mediterráneo más extensas de la Península Ibérica. Las especies dominantes son las del género Quercus: la encina (Quercus ilex ssp. rotundifolia), el quejigo (Quercus faginea), el roble melojo (Quercus pyrenaica) y el alcornoque (Quercus suber). El alcornoque tiene un importante papel en el ecosistema del parque debido a su explotación ganadera, ya que sus bellotas son el alimento fundamental de los cerdos que pacen en los bosques.

La raña, que en primavera se cubre de numerosas especies en flor, como las aulagas (Genista hirsuta) y cantuesos (Lavandula stoechas). Fotografía del CENEAM-MMA
La raña, que en primavera se cubre de numerosas especies en flor, como las aulagas (Genista hirsuta) y cantuesos (Lavandula stoechas). Fotografía del CENEAM-MMA

Estos bosques mediterráneos tienen un sotobosque muy rico: plantas trepadoras como la madreselva y la rubia, y matorrales como la jara, el brezo, el madroño el mirto, el lentisco y el acebuche. En estos bosques de Quercus aparecen pequeñas formaciones de sauces, fresnos, alisos y abedues.

En cuanto a la fauna, la especie reina del parque es el ciervo, por un lado porque es el animal de mayor tamaño de Cabañeros, pero sobre todo por la espectacularidad de la berrea en la época de celo. Otros grades mamíferos son el corzo y el jabalí. Los animales de menor tamaño, como la liebre y el conejo, son el alimento preferido de pequeños carnívoros como el lince, que como sabéis está en peligro de extinción, el gato montés, el zorro, la gineta o la garduña. Mención especial merece la nutria, que sirve como bioindicador.

El parque cuenta con 198 especies de aves, algunas en peligro de extinción. Destacan las grandes rapaces típicamente mediterráneas, como el águila imperial ibérica, el águila culebrera, el águila calzada, el buitre negro y la cigüeña negra. Las zonas esteparias cuentan con sus propias poblaciones de aves: avutardas, alcaravanes, collalbas rubias y sisones.

Aquí tenéis unos cuantos ciervos (Cervus elaphus). Fotografía del CENEAM-MMA
Aquí tenéis unos cuantos ciervos (Cervus elaphus). Fotografía del CENEAM-MMA

Los reptiles están representados por dos especies de quelonios, el galápago leproso y el galápago europeo, éste último en peligro de extinción, y por pequeños saurios, como el lagarto ocelado, el verdinegro y la lagartija ibérica. También viven en el parque todas las especies de ofidios presentes en la Península Ibérica.

En cuanto a la fauna acuática, está representada por todo tipo de sapos y ranas: el sapo común o escuerzo, sapo de espuelas, sapo partero ibérico, sapo corredor, el sapillo pintojo ibérico, la rana común, la ranita de San Antonio y la ranita meridional. También viven otros anfibios como el tritón ibérico, el tritón verdinegro y un tipo de salamandra endémica de los Montes de Toledo, la Salamandra salamandra spp. Bejarae. Otro animal endémico, en este caso un pez, es el jarabugo, que solo vive en el rio Estena. Otros tipos de peces son el cachuelo, el barbo, la pardilla, la boga, el calandino y la colmilleja.

Pues si os gusta ver buenas encinas, ciervos, sapos o simplemente disfrutar de unas hermosas vistas, no dudéis en visitar el Parque Nacional de Cabañeros.

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